Trabajo de Campo – Otoño 2017
noviembre, 2017
Durante el mes de noviembre realizamos diversas salidas de campo para analizar aspectos de la flora y la fauna en el entorno del río Barbantiño, que ya conocéis. A continuación os dejamos alguno de las observaciones más interesantes.
¡Y de repente, hizo su aparición el Señor Don Mirlo Acuático!
En Galicia también nos referimos a esta extraordinaria ave como merlo rieiro, y es que su hábitat natural son estas corrientes fluviales, en dónde se alimenta de larvas y adultos de efemerópteros, plecópteros y tricópteros, ¿recordáis?, muchos de ellos los vimos en las actividades de octubre, en las bandejas que Ángel os preparó. El mirlo acuático está presente en ríos con aguas limpias y bien conservados, por ello también es un buen bioindicador de la calidad del sistema fluvial en el que aparezca. Podemos encontrarnos con esta especie en numerosos ríos de la Península Ibérica, pero abunda especialmente en el norte peninsular, en dónde la calidad del agua es mayor.

Este ave destaca por su extraordinaria capacidad de sumergirse y bucear unos segundos para capturar sus presas favoritas (larvas acuáticas de insectos). Hace lo mismo que Ángel, capturar larvas, ¡pero con algo más de xeito y sin necesidad de utilizar una incómoda red! A este pajarillo le basta un pico robusto y puntiagudo, plumas impermeables, buena vista, buena puntería, y unos músculos alares fuertes que consiguen estabilizar su cuerpo sumergido unos segundos en el agua.
Una de las amenazas mayores para la conservación de esta ave es un parámetro físico-químico del agua, que vosotros también analizasteis en octubre, el pH; y es que una excesiva acidificación del agua afecta negativamente a las poblaciones de tricópteros y efemerópteros, que precisamente constituyen una proporción importante de la dieta del mirlo acuático, lo que implica que sus poblaciones también se puedan ver amenazadas. ¿entendéis ahora las relaciones entre especies que tienen lugar en el ecosistema? Una acción sobre una especie concreta puede ocasionar efectos sobre las demás.
Una pista para no confundir esta especie de ave de nuestros ríos con otras: su inconfundible babero blanco en el pecho y el color marrón-negro del resto del plumaje. Este día de noviembre disfrutamos del espectáculo que nos ofreció este Cinclus cinclus en el río Barbantiño, disfrutadlo vosotros también con este vídeo que le pudimos hacer.
Quercus robur (roble, carballo) y Quercus pyrenaica (roble melojo, cerquiño).
Durante las actividades que hicimos en el río Barbantiño en octubre, estuvimos muy próximos a ejemplares de estas dos especies diferentes de robles, muy cerca de dónde colocamos uno de los refugios de fauna que construisteis ese día.
Para diferenciar estas dos especies nos tenemos que centrar en la forma y disposición de las hojas del árbol en cuestión. Las hojas del carballo (Quercus robur) son más duras y sus lóbulos forman hendiduras poco profundas. Las hojas del cerquiño (Quercus pyrenaica) son más finas, con hendiduras muy profundas que casi llegan al nervio central de la hoja, y además en su envés la hoja tiene un recubrimiento de pelos blanquecinos muy característico y suave al tacto.
El cerquiño (Quercus pyrenaica) es un árbol que está más adaptado al clima mediterráneo, que afecta sobre todo a las zonas sur y este de Galicia (sur de la provincia de Lugo y provincia de Ourense). El carballo (Quercus robur) está más adaptado al clima atlántico de las provincias costeras de Galicia, aunque también lo vemos acompañando al cerquiño en Lugo y Ourense. Ambas especies forman los bosques de roble gallegos, el bosque autóctono por excelencia de nuestra tierra, cada vez menos abundante debido a la transformación de éstos en tierras de cultivo u otras plantaciones forestales.
En nuestros ríos, estas dos especies de roble pueden aparecer en segunda línea de la ribera, algo más alejados del cauce del río, y justo por detrás de los alisos, fresnos, sauces, avellanos y/o abedules de primeria línea de ribera que están más cercanos al cauce.
Otra pista para diferenciar ambas especies es la capacidad de marcescencia que tienen las hojas caducas del cerquiño (Quercus pyrenaica). Ambas especies son árboles caducifolios, es decir, ambos pierden sus hojas cuando llega la época desfavorable de invierno. Sin embargo, el cerquiño es capaz de mantener sus hojas ya marchitas sobre las ramas sin caerse, salvo que el viento fuerte lo provoque. El peciolo de la hoja sigue unido a su ramita, protegiendo las yemas que darán lugar a las nuevas hojas cuando llegue la época favorable de la primavera. Esta capacidad es lo que se conoce con el nombre de marcescencia, y podemos considerarlo como un punto intermedio entre hojas perennes y hojas caducas.
Os dejo aquí unas fotos de las hojas de cada una de estas dos especies de árboles. En la salida de campo que hagamos con vosotros en primavera, podremos verlas en vivo y en directo.
Carabus galicianus y Carabus lineatus lateralis, dos coleópteros muy ribereños.
Este otoño hicimos dos curiosas observaciones en nuestras salidas de campo, levantando piedras y restos de árboles caídos aparecieron unos escarabajos muy coloridos que se engloban en la misma familia, los Carabidae.
Carabus galicianus es una especie de escarabajo endémico del noroeste peninsular (Galicia, oeste de Asturias, León y Zamora, y norte de Portugal). Se alimenta de larvas acuáticas de insectos y moluscos, y tiene cierta capacidad de buceo. Se encuentra ligada a ríos de aguas limpias y muy sombreados, aparece bajo piedras en zonas de sedimentación de arenas y gravas. Es una especie muy sensible a la contaminación de las aguas y a la deforestación de las márgenes, porque necesita zonas muy sombreadas. Es una excelente indicadora del grado de contaminación del agua (bioindicador). Si cuidamos del buen estado de salud ecológica de nuestro río, también cuidaremos de este hermoso coleóptero. Sus fémures de color naranja lo hacen inconfundible.

Carabus lineatus lateralis es otra especie de escarabajo, también perteneciente a la familia Carabidae, pero mucho más común y fácil de observar que su primo Carabus galicianus. Se extiende desde el suroeste de Francia hasta el noroeste de la Península Ibérica. Como podéis ver, sus llamativos colores verdes y rojizos metalizados lo hacen inconfundible; se alimenta de caracoles, larvas de otros insectos, otros coleópteros, miriápodos, etc. Posee unas fuertes y potentes mandíbulas y es un excelente corredor. Puede aparecer en otros hábitats distintos al fluvial, pero nosotros encontramos esta hembra bajo la corteza de un tronco caído de roble, en la margen izquierda del río Barbantiño.

Os he indicado que el ejemplar de Carabus galicianus es un macho y que el de Carabus lineatus lateralis es una hembra, ¿sabéis cómo diferenciar ambos géneros? Os aseguro que es más fácil de lo que parece. Os desvelaré cómo se distinguen en las siguientes salidas de campo que hagamos juntos.
¿Qué es?
En una de nuestras salidas de campo al entorno del río Barbantiño que ya conocéis, muy cerca del antiguo molino, nos encontramos con este ser vivo sobre una pequeña rama de árbol, ¿es un animal? ¿quizás es una planta? ¿qué decís? La solución os la daremos en unos días, pero nos gusta escuchar primero vuestras sugerencias.
